¿Qué nos regaló Dios a cada uno en este tiempo de pandemia?

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”. Gálatas 5,22

 “Ahora Dios ha detenido el mundo. Ha impuesto una pausa a muchas de nuestras funciones materialistas. Quiere que reflexionemos sobre Su Presencia, que es lo más importante en nuestras vidas” Vassula Rydén; Profecías que se están realizando en este fin de los tiempos. 28 de marzo de 2020.

“De la pandemia no se sale igual: salimos mejores o peores”. Papa Francisco: el mundo necesita nuestro testimonio del Evangelio, 30 mayo de 2020

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Este encuentro de lectores de la VVeD del 3 de octubre de 2020 para dar testimonios de las vivencias espirituales durante la pandemia fue resultado de una petición de Teresita de Tucumán. Luego de reflexionarlo se decidió hacer una primera experiencia acotada a no más de 30 personas. Fueron invitados los participantes de los grupos de oración presenciales y virtuales y también otros lectores de la VVeD de diferentes provincias de la Argentina. Se les pidió que resumieran sus vivencias espirituales en 3 minutos. Luego se hizo un sorteo para establecer el orden en que las compartirían.

Hubo testimonios concretos y otros más abstractos. Una parte fueron propios de personas de clase media ya mayores que vivimos solas o con un familiar y en cierta forma tenemos los medios de hacernos de un tiempo de retiro para reflexionar sobre nuestra interioridad y relación con Dios, Otros tuvieron que seguir trabajando y/o ocuparse de su familia así que tenían una mirada dirigida a ver qué les pasaba en ese entorno.  Y allí vieron el obrar de Dios. Algunos tuvieron por primera vez la posibilidad de no trabajar tanto y tener ese tiempo para compartirlo con sus vecinos ya que vivieron el aislamiento preventivo en su barrio.

Extractamos de cada testimonio las partes que responden a la pregunta del título y las ordenamos según la secuencia en el encuentro.:

“Lo que puedo sacar de provechoso es la oración, al tener tiempo uno puede darse cuenta que puede acercarse más al Señor. El santo rosario siempre fue una deuda ya que lo rezaba cada tanto y ahora es una necesidad, no una obligación. También la coronilla es algo que me acerca mucho al Señor, vivir Su Pasión desde que está orando en el huerto hasta la Cruz. Y uno lo siente cada uno de esos momentos, no solo que dio Su vida sino cómo la dio.  y el Vía Crucis (…)y cómo dice Jesús hay que rezar de corazón. (…) lo que más me acerca a Jesús es pensar que Él no necesitaba hacer lo que hizo, ¡qué decisión tan grande venir a sufrir por nosotros siendo Dios!” (Samuel, Tucumán)

“He constatado la existencia de muchos apegos, (…) siempre los había tenido como males menores, incluso no confesados, y me he dado cuenta que me desvían de la mirada puesta en Jesús, o sea me distraen, son modos de compensación del encierro. He podido comprobar lo bien que hace la lectura bíblica, comenzar el día rezando el rosario además de los rosarios en comunidad. Y las actividades, que llamo del encuentro, las charlas, encuentros como el del Homenaje al P. Alberto, o como éste, lo bien que hacen para centrar la mirada en el mandato de sembrar Sus semillas, Sus Mensajes, para que todos Sus hijos conozcan Su infinito Amor”  (Hugo, CABA).

“Me han quedado varias cosas de la VVeD que se entrelazan con el Evangelio, que es cuando Jesús le exhorta, no le ordena, porque lo que hace Vassula es entregarse. Y hoy me pasó algo con respecto a eso. Hubo una situación de una necesidad y la persona que se había comprometido se echó atrás y pensé, qué haría Jesús en mi lugar, y la perdoné. En esta pandemia, las familias o se unen estrechamente o se desparraman. Nosotros estamos tratando permanentemente de estar unidos, de azuzarnos, entonces fui a buscar la comunión, para mi familia en la comunión espiritual de la Misa, entonces dije: que más quiero, lo otro es cháchara. Y hoy me llamó esa persona y me dijo que se arrepintió”.  (Pedro, CABA)

“Para mí ha aumentado un poco el nivel de ansiedad especialmente por la información sobre la enfermedad, con respecto a la vacuna, a la crisis económica. En cuanto a lo positivo he tenido una mejor conciencia de mí y de mi relación con Dios, volví a hacer la consagración a la Virgen, antes me costaba mucho rezar el rosario y ahora lo rezo casi todos los días y doy gracias a Dios, y me intereso más por el prójimo también, y comencé a despegarme de cosas, y en cuanto a la relación con la familia, ha sido mejor”. (Liz, Salta)

“Una de las cosas que pide Jesús es la Adoración y en diciembre inauguraron la capilla de adoración perpetua, alquilábamos un local porque en la parroquia parecía que no había lugar, y ahora cuando reabrieron comenzaron a hacer adoración pero ahora Jesús está en el altar del templo, veo como que quiso ordenar las cosas, ahora ya no está en la capillita de enfrente sino que está en el centro del templo y los adoradores estamos cubriendo todo el templo, aunque seamos pocas personas, Él está en Su lugar”. (Marta, Santa Fé)

Con la pandemia disponemos más de tiempo y eso me permite rezar el rosario todos los días, antes no lo hacía. Lo otro fue que inauguramos un taller de meditación de los Mensajes de la VVeD, los había leído todos del principio al fin allá por el 2002, me llevó 2 años porque los leía cuando iba al trabajo en el subte y entonces leía 20 minutos a la ida y a la vuelta.  Desde entonces no los había leído desde el principio. Los leía al azar y sentía que Dios me pedía que los volviese a leer desde el principio y secuencialmente. (…) Otra cosa que siento que Dios me está pidiendo es que recemos el Vía Crucis”. (Roberto, CABA)

En lo social he visto que personas que no eran de ir a Misa, han tenido la actitud de empezar a rezar, o en las redes sociales la gente pide oración. He visto esto más que en nosotros que deberíamos dar más el ejemplo de una transformación profunda. He visto eso sí, la posibilidad de hacer un examen más profundo de la conciencia, ver con mayor nitidez muchas falencias en mí y que eso repercute en mi vida cotidiana, con el peligro que uno quiere cambiarlo todo de golpe y no se puede. Uno tiene que tener paciencia con uno mismo, Y tratar de entender a las demás personas que tienen situaciones diferentes a la mía”. (Eduardo, Buenos Aires)

“No hemos podido en la Beth Myriam parar, estamos contemplando la pandemia pasar, pero estamos en una total acción porque las necesidades de nuestra gente son grandes y la de nuestros niños principalmente. Damos gracias que tenemos maestros tan valientes que nos han acompañado todo el tiempo, por eso estamos en constante oración y vemos la protección de Dios. Hay un mensaje del 2003 donde dice “Yo les daré mi poder, la gracia para que se fortalezcan (…)”. Dios necesita que estemos presentes educando un niño que no tiene medios (..) En Mendoza les ponen nota a los niños y nuestros niños no tienen teléfono …  y hemos tenido que poner en la BM la internet al servicio de nuestros niños (…). Cuento con la oración y el apoyo material de ustedes”. (Juanita, Mendoza)

Para mí la pandemia fue una experiencia de corrección, porque considero que el encierro en uno mismo y la forma de vivir las cosas materiales es algo horrible, hartante, no edifica y no nutre, y no sirve y no perdura. Me llevó a mí al desierto espiritual y en ese desierto de silencio siempre está Dios. (…) sin Dios todo es horrible… Aprendí en la pandemia el valor de los sacramentos, la Eucaristía…el Amor, la Paz y la Alegría vienen del corazón eucarístico de Jesús”. (María Victoria, California, USA)

“me sorprendió no sentirme sola porque pude profundizar mi relación con Jesús a través de la VVeD rezando virtualmente el rosario todos los días. En la Pascua fue muy importante porque antes, por las actividades, me era muy difícil vivirla toda la semana con mayor intimidad con Cristo. El taller de lectura de los Mensajes me hizo darme cuenta de por qué es ese orden de lectura y me siento muy entusiasmada y hermanada con la gente de la VVeD. Y también la comunicación virtual me permitió estar con gente de las provincias ya que antes sólo me veía con los que tenía cerca. Esas cositas que no esperas que una pandemia te pueda dar, son como un regalo de Dios”.   (Adriana, CABA)

Leo la VVeD del correo y un poquito antes de dormir. El Mensaje que abrí me dice que el Amor de Dios por nosotros es total. Vassula se sentía una leprosa ante Dios por sus pecados pero Él no la culpa por ellos porque es parte del plan de Dios que nos lleva al arrepentimiento y a una vida inmortal con Él. ¡Para eso tenemos que renunciar a nuestra voluntad y a los bienes del mundo que los compramos, y no sabemos para qué, y los guardamos, miro alrededor todo esto y para qué!!! … sin comprender que se acercan días distintos a los acostumbrados. Él nos llama a todos antes, dice Vassula, que Su retribución venga”. (Oscar, Tucumán)

Lo primero que me vino a la mente fue aceptar todo lo que nos tocara vivir ya que si Dios lo permite esa es Su Voluntad, sin pensar en el futuro o sea haciendo ayuno de noticias, de chats, videos, predicciones, profecías, análisis políticos o religiosos, reduciendo todo esto a lo mínimo indispensable, y proponiéndome vivir más intensamente el “Nosotros”. Fue un tiempo de desierto en que lo único es perseverar y no buscar consuelos humanos (…) Reflexioné sobre lo que significaban las misas virtuales y no poder comulgar y recordé los pasajes de la VVeD donde se habla de la supresión del sacrificio perpetuo (…) que incluye el de alabanza que debería elevarse del altar de nuestras almas.” (Pablo, CABA) Ver Consejos extractados de la VVeD

“Comencé a rezar por las mañanas, a rezar el rosario y a participar de las Misas virtuales, y antes de dormir hago media hora de adoración al Santísimo. El Señor a través de estos hábitos que son como un ancla en el mar para mí me ha mostrado que debo ponerlo a Él como centro y prioridad en mi vida (…) también lo hago en la perseverancia en mi grupo de oración San Francisco de Asís y en el taller de lectura San Miguel Arcángel. Sin ellos no podría haber vivido con fortaleza el fallecimiento de mi papá hace cinco días. Trabajo desde mi casa y tengo que ayudar a mis hijos en las tareas. Cuando me siento desbordada le pido a Jesús que me ayude a verLo en esas tareas y hacerlas con amor”.   (Patricia, Buenos Aires).

“Ya saben por qué no he podido formar un grupo de oración de la VVeD. Conocí la VVeD en el 2002 y su lectura me llevó a una profundización de cómo poder llegar al Señor. Tengo dos hijos en el exterior, una hija de 19 años que no pudo venir para la Pascua y no sé cuándo podrá, y otro en España que está con Codiv y en medio de todo eso el Señor me dio fortaleza y me hizo saber que no nos abandona. Y que en lo que pudiera pasar Él iba a estar presente. Había más de 100 personas de diversos grupos de oración orando por mi consuegra que estaba sola, con 93 años en un hospital, sin que nadie la pudiera consolar, habiendo sufrido dos ACV y a la semana con toda la oración se pudo comunicar con una hija que estaba con COVID, pudo volver a su casa, conocer a su nieto y morir en paz (…)  En todo nos sostuvo la oración”. (Celia, Chubut)

“En este tiempo de aislamiento tenemos el rezo del rosario con Hugo cada 15 días en forma virtual. El testimonio que les puedo dar es que esta pandemia hizo que pueda descubrir a mis vecinos porque antes con el tema que uno está ocupado a veces ni veía a los vecinos y hoy es verlos, saber cómo están. Y descubrir a la familia porque antes estaba ocupada por el trabajo. Una de las cosas que dice la VVeD es la oración, pero la oración con el corazón (…) Mis hijos están estudiando de bomberos y por protocolo tuvieron que estar internados y eso hizo que mi hijo pudiera valorarnos y nosotros también, a él lo dejaron salir el día de su cumpleaños y vino muy cambiado y eso fue la obra de Dios”  (Maria Epifanía, CABA)

«La VVeD es un mensaje de amor tan grande de Dios para esta época que nos permite profundizar lo que nos dice el Señor en la Biblia. Agradecemos que tenemos esta casa para pasar esta pandemia y con una familia tan numerosa por la que hay que orar mucho (….) van a ser 43 los bisnietos, los nietos son 31 y un tataranieto, cinco generaciones en la tierra… así que alabando a Dios lo más que puedo, y la oración diaria, nosotros rezamos las laudes porque soy de la familia dominica, y recordándolos en la misa a todos mis hermanos de la VVeD. Y como dicen las hermanas hay que tener alegría y adelante y ¡Viva Jesús y la Virgen María! Amén» (Marta, San Juan)

“Experimento que muchos profetas nos advirtieron de este momento, que íbamos a extrañar a nuestros sacerdotes y la comunión y esto está pasando, es como una desolación (…) Tenemos que ser honestos espiritualmente, pedir perdón, el Señor nos espera con los brazos abiertos, con el Corazón abierto y tenemos una misión de ir a buscar al hermano para que venga… tenemos todas las bendiciones habidas y por haber… ¿qué tenemos que hacer? Salir a bendecir, orar, pedir, buscar a nuestros hermanos, ¡misionar! Cuántos hermanos se fueron de este mundo en una soledad absoluta por el Covid…”    (Coco, Tucumán)

“La tecnología, que la vine a descubrir ahora, fue una nueva forma de acercarme a los demás ya que pude compartir y encontrarme con mis hermanos de la VVeD; con ellos pudimos difundir los Mensajes, atraer a nuevos lectores porque hicimos reuniones abiertas; sentir que estamos juntos a la distancia y eso es también trabajar por la unidad. No es que corté con el mundo sino que ahora me conecto con el mundo de una manera diferente. ¿Qué significó la cuarentena para mí?: el silencio, un tiempo perfecto para hacer posible una intimidad más profunda y sentida con Dios, un tiempo para reflexionar acerca del lugar que le estoy dando a Dios en mi vida” (Beatriz, Buenos Aires)

«He sentido la inmensa fuerza de Dios que logró abrir mi corazón, mi alma y mis ojos al silencio con mayúscula y en ese silencio descubrí que reinaba él, supe que ese era mi camino entonces, que tanto se lo había pedido, y pese a que hace seis meses que no asisto a Misa y sólo dos veces recibí la Eucaristía, pero nunca, nunca me sentí más cerca de Él. En la ausencia del mundo me entregó este hermoso regalo que lo vivo con Fe y Alegría. Y para terminar les leeré un Mensaje de la VVeD, del 15.09.91, donde Jesús nos dice así: “Despierta de tu profundo sueño, te estás dirigiendo a la ruina. Sacúdete el polvo que te cubre y levántate de entre los muertos, el fin de los tiempos está más cerca de lo que piensas…” (Teresita, Tucumán)

“Como soy docente fui arrojada a muchísima actividad, pero en esta nueva situación hay una mayor conciencia de abandonarme a Él a diario, una mayor conciencia de Su Presencia. En los lugares donde hay mucha oscuridad puedo ver que Él está haciéndose Su Camino, en los colegios donde estoy las situaciones son bastante complicadas, muy complicadas, y surgen grupos de oración, surgen Misas virtuales, y hay una necesidad enorme de que lo anunciemos y que les digan que Él nos ama y nos acepta como somos y me invita a levantarme de mi letargo; que me levante y salga a anunciarlo, con urgencia como dice el Mensaje que leyó Teresita”.  (Ana B. de Buenos Aires)

“El tiempo de la Pandemia no pensé que iba a ser tan duradero. Pensé que en unos días volvíamos a las clases, a la escuela, a la vida, en mi caso, corriendo de siempre. Y me sorprendió, aunque Jesús nos lo avisó a través de Vassula. Y comencé a sentir como un llamado más personal a la oración y a partir de una invitación me uní a un grupo de oración, el de los miércoles, y me hizo muchísimo bien. Y entendí que Dios me estaba queriendo decir que los Mensajes no son sólo para el crecimiento personal. Son para ser vividos también comunitariamente. Y también el llamar a otros a conocer los Mensajes no es algo que podemos dejar para otra pandemia”. (Marcela; CABA)

«Soy de la villa 21.24. Y la verdad que fue muy difícil porque no sabíamos qué iba a pasar, pero después los vecinos empezamos a perder un poco el miedo, empezamos a ayudarnos. Hoy por hoy le tenemos mucho respeto a la enfermedad. Muchos vecinos empezaron a rezar en sus casas, que jamás han rezado, y a unirse a la familia. Nos hizo crecer como barrio, como comunidad y también me hizo entender muchas cosas, a valorar más la vida, teníamos la libertad para ir a una plaza, para darnos ese fuerte abrazo que nos hace falta. Valorar un trabajo aunque sea chiquito. Extrañamos los retiros espirituales, salir al encuentro de mujeres con la Iglesia. Esta pandemia nos fortaleció” Carolina, CABA)

«Comencé junto a mi marido el confinamiento con buen ánimo. Luego de la Pascua me di cuenta que extrañaba muchísimo los sacramentos aunque asistía virtualmente a las Misas y me sentía muy acompañada por el rezo del rosario diario en varios de nuestros grupos virtuales de oración. Tuve que seguir luchando con las tentaciones y debilidades de siempre, solo con la oración. Acompañar y escuchar a los afligidos y cooperar en las tareas comunes vinculadas a la difusión de los Mensajes me ayudó a huir de los dimes y diretes de las noticias mundanas que favorecen el miedo, la ansiedad y la incertidumbre». (Ana C., CABA)

Más allá del estilo personal de cada uno hay hilos conductores en los testimonios, uno es el tener más tiempo para Dios y la familia, y otro el darse cuenta de lo bueno y lo malo del modo de vivir anterior y de nuevas posibilidades.

Entre todos describimos los regalos de Dios que seguramente recibimos todos en alguna medida: nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas que no nos servían para nada, y de los apegos que nos distraen de Jesús y vimos muchas de las falencias que nos impiden vernos en profundidad como nos ve Dios. Comenzamos a valorar la libertad de ir a donde deseábamos y abrazarnos, a ver que la tecnología podemos usarla para compartir a Dios. Comenzamos a sentir la oración, a valorar la Biblia y las devociones tradicionales que hacíamos por obligación. Nos dimos cuenta que Dios nos cuida y nos da Su fortaleza en el servicio y en la tribulación, y en Su Silencio fuimos más conscientes de Su Presencia en nuestro interior, en Su Intimidad. Pero también en Su obrar en los que nos rodean, advertimos que la gente pide oración y los que no oraban comenzaron a hacerlo. Recordamos el valor central de la adoración de Su Santa Presencia en los Sacramentos. Y comenzamos a rumiar con el corazón cómo dio Su Vida el Señor por cada uno.

La pandemia nos ayudó a darnos cuenta de la importancia que tiene la familia, la comunidad y también el llamado a la misión, la urgencia de anunciar al Señor a los que Lo necesitan y no Lo conocen.

En una nota de Vassula al mensaje del 13 de diciembre de 1993, dice que cuando Dios se revela y brilla en un alma el contraste entre la Luz y la oscuridad es tan grande que el alma ve sus imperfecciones. Esa iluminación de la conciencia, dice Vassula que llega por oleadas. Puede llegarnos sin estar acompañada de signos extraordinarios, solo como un suave aletear del Espíritu Santo que nos aclara y centra la mirada. Ahora queda por discernir si este tiempo de darse cuenta se traduce en los frutos del Espíritu Santo (Gálatas. 5,22-23) y en su irradiación en el entorno. Eso se verá en el andar del Camino en comunidad.

Para la gloria de Dios y Su Reino en cada corazón
VVeD en Argentina

Colabore con la Beth Myriam de Mendoza

Invitación: los lectores de la VVeD que no pudieron dar su testimonio sobre la pregunta del título pueden enviar sus testimonios por escrito en contacto, no más de 140 palabras, y agregar nombre y apellido, lugar de residencia y decir si participan ya de un grupo de oración o un taller y de cuál. Los publicaremos aquí

1 comentario en “¿Qué nos regaló Dios a cada uno en este tiempo de pandemia?

  1. Pingback: Nuestras Vivencias Espirituales durante la pandemia | La Verdadera Vida en Dios en Argentina

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