Troparios, tono 5˚.”Haz descansar, ¡Oh Salvador nuestro! a tu/s siervo/s, con los rectos y hazlo/s habitar en tu morada, según está escrito, olvidando, como Bueno que eres, todos sus pecados voluntarios e involuntarios, los cometidos con conocimiento o por ignorancia ¡oh, amante de la humanidad. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. ¡Oh Cristo Dios! Que iluminaste al mundo, naciendo de la Virgen, y que por ella nos manifestaste como hijos de la luz, ten piedad de nosotros.”
La relación de amor y amistad con aquellos que amamos en Cristo no termina con la muerte sino que por el contrario se acrecienta con ella. El miércoles 19 y el sábado 22 de febrero último los grupos de oración de Buenos Aires decidieron recordar a los amigos de la VVeD de Argentina y Uruguay que ya partieron hacia el Padre. Como el Señor nos dice en la Verdadera Vida en Dios que debemos aprender a compartir nuestras riquezas –que no son nuestras sino las que Dios regaló a cada tradición cristiana- participamos en sendos oficios en memoria de sus almas. Uno se realizó en una parroquia ortodoxa y la otra en un oficio de la comunidad greco Melquita, ambos luego de la solemne celebración de la Divina Liturgia según el rito de San Juan Crisóstomo.
Entre los cristianos orientales, tanto ortodoxos como entre los unidos a Roma hay varios días dedicados a la oración por los difuntos, muchos de ellos durante el tiempo previo a la Cuaresma. En dichos días se intercede ante Dios Trinidad persuadidos de que nuestras oraciones pueden serles beneficiosas para que se purifiquen y alcancen la Gloria eterna.