Participación en la Peregrinación Ecuménica a Luján (II parte)

Ora a menudo, reza cada día el Santo Rosario, porque esta pequeña cadena ¡será La Cadena con la cual Satanás será encadenado y vencido! (Ap 20,2) Yo te doy Mi Paz. No dudes jamás. ¿Nosotros? VVeD 15.11.88


Seguimos viaje y bajamos primero a la Cripta del Santuario de Luján para el rezo del Santo Rosario. Elegimos contemplar los Misterios dolorosos, por los testigos de la Fe cristiana, los mártires actuales y por la unidad tan ansiada en el rostro doliente de Cristo.

El Primer Misterio fue guiado con el Padre Nuestro en inglés por el Sr. Osvaldo Balvin de la Catedral Anglicana de San Juan Bautista, ante la imagen de Nuestra Señora de Walsingham de Inglaterra.

El Segundo Misterio fue guiado con el Padre Nuestro en armenio por la Sra Hilda Hurmuz de la Catedral Católica Armenia, ante la imagen de Nuestra Señora de Narek.

El Tercer misterio doloroso fue guiado por la Sra María Luisa Pintarich de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), y Monseñor Luis Stockler rezó el Padre Nuestro en alemán, ante la imagen eslovaca de la Virgen de los Siete Dolores.

En el Cuarto Misterio fue contemplando el Icono de la Theotokos y guiado por María Georgalos con el Padre Nuestro en griego.

Por último el Quinto Misterio fue guiado por el Pbro. Omar Di Mario ante el Icono de la Encarnación del Verbo, con el Padre Nuestro en español.

El oficio religioso en la Basílica dio comienzo cantando en procesión por la nave central, ministros y peregrinos, guiados por Victoria Anghelidis, de la Iglesia Ortodoxa Griega que nos recibió con las siguientes palabras: A pesar del gran dolor por los mártires actuales debido a las nuevas guerras que se fueron dando tanto en Irak, Tierra Santa, Siria, Ucrania, María nuestra madre, nos ha convocado hoy en su casa de Luján. Ella ha reunido a hermanos y hermanas de diferentes tradiciones cristianas: católicos de rito romano y oriental, ortodoxos y evangélicos, para orar juntos con ella, especialmente clamando a Dios, para que terminen definitivamente el odio y las guerras. Sabemos que, nuestros mártires actuales superan en mucho a los mártires de los primeros tiempos.
Son estos mártires los que hoy evangelizan con su testimonio, entregando su vida al Señor y derramando su sangre por Jesús Vivo y resucitado. Son ellos la semilla de una nueva evangelización que dará lugar a las nuevas comunidades cristianas en el mundo entero . Los cantos estuvieron en la voz de la Sra. Hilda Hurmuz de la Iglesia Armenia y de la Renovación Carismática Católica. También participó como lo hace todos los años, el Diácono Permanente, Evangelista de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquia, Rubén Azar.

Con la lectura del Evangelio según San Mateo 5, 10-12 “Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera, persiguieron a los profetas que los precedieron.”

El oficio fue presidido por Monseñor Luis Stockler, obispo emérito de la diócesis de Quilmes, que acogió muy cálidamente a toda la feligresía que se acercó a pedirle su bendición y cuya homilía fue muy sentida dada su experiencia en ecumenismo y haciendo referencia a la reciente visita del papa Francisco a Medio Oriente y su mensaje para un mundo actualmente dividido y perseguido por causa de la fe. Como dice la Palabra de Dios en I Corinitos 12,26: “¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él.”
El oficio fue concelebrado por el Padre Omar Di Mario, integrante de la Comisión Episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, rector del Colegio Nuestra Señora de la unidad y director del santuario nuestra Señora que desata los Nudos, Parroquia San José del Talar que nos dio una breve explicación del sentido ecuménico de la celebración ecuménica y el rector y párroco de la basílica, Pbro. José Daniel Blanchoud, quien nos ha recibido con una cálida bienvenida.

Ya casi al finalizar el Arzobispo Crisóstomo Juan Ghassali, Vicario Patriarcal en la Argentina, de la Iglesia Siria ortodoxa de Antioquia presente tomó la palabra, creo fue espontánea su intervención, y habló desde un profundo dolor de la situación de los cristianos en Siria e Irak. Nos pidió que no nos olvidáramos en la oración diaria a la Virgen de ellos y nos advirtió del gran mal que es para los musulmanes de la región que los cristianos y otros grupos religiosos sean echados de sus tierras modificando el mosaico intercultural en esos países.

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Ante tanto dolor, nuestro llamado es a consolar al mundo entero, a cada pueblo ya cada nación.

Luego recordamos nuestro compromiso por la Unidad, con las palabras de Pablo a los cristianos de Corinto: ¡Es que Cristo está dividido?, a que conociéramos en nuestro corazón y mostráramos en nuestra acciones que Cristo no está dividido.
Sellamos este compromiso con el saludo de paz cantando: Ebenu Shalom Alejem
Como hijos muy amados de Dios, rezamos todos juntos el padre Nuestro con al doxología final.

Nos despedimos con la bendición final impartida por las manos y palabras de todos los ministros presentes.

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Emprendimos el regreso con la alegría de haber echado semilla, compartiendo en el ómnibus testimonios de lo vivido y sorteos de libros y objetos religiosos donados por las diferentes iglesias congregadas.

No perdamos la constancia y seamos cada vez más los que clamemos la unidad de los cristianos porque en la reconciliación, encontraremos la paz. Como dijo el propio papa Francisco:  “Para hacer la paz se necesita mucho coraje, mucho más que para hacer la guerra.” Hasta el año próximo.

A.G.