Mi viaje a Rusia surgió para acompañar a mi madre. Nunca había participado de una peregrinación y debo confesar que no sabia que esperar. Tal vez por eso me sorprendió lo que recibí. Porque recibí mucho. Mucho amor sobretodo. Conocí gente hermosa. Fue movilizador asistir a las distintas ceremonias donde el factor común fue la fe y el amor.
Hubo muchos momentos de alegría consuelo y profundas reflexiones.
Vi a mi madre revitalizada. Con muchas ganas de seguir haciendo cosas y por eso la admiro. Ella me empuja a explorar y también agradezco por eso. Estoy en un momento de mi vida donde la aprovecho y trato de acompañarla a pesar de nuestras diferencias.
Agradezco cada día que la tengo y que podemos hacer cosas juntas, como esta peregrinación. Compartir esta vivencia con ella fue reconfortante así como con toda la gente que conocí.
La labor de Vasula es admirable, rezo para que siga con este propósito tan noble como necesario para la unificación.

Lavra de la Santísima Trinidad y San Sergio, frescos en las paredes a la entrada.
María de los Ángeles Cena