Testimonios de la Consagración a los Corazones de Jesús y María (parte II)

“Continúen, Mis pequeñas ovejas, dando a conocer a sus hermanos y hermanas la consagración a Mi Sagrado Corazón, así como la consagración al Corazón Inmaculado de su Madre.” VVeD 10.06.92

Esta es la segunda tanda de testimonios que recibimos de quienes se consagraron a los Dos Corazones el 25 de marzo.  Testimonios que publicamos con la esperanza que alienten a más personas a hacer lo mismo.

“Creo que todos o muchos sentimos que fuimos mezquinos en la preparación. A mí me llevó a dudar si hacer o no la consagración. Gracias a Dios y a ustedes que la hice. Creo que ya no me importa tanto si hice más o menos, así no lo puedo usar como mérito. (…) era cuestión de cruzar el umbral, con los temores y dudas incluidas, que nos lleva a donde no sabemos, o a donde no queremos ir. (…) llegué justo a la Misa, y al finalizar recé la consagración. Luego leyendo los primeros testimonios, vi que una señora chilena hizo la consagración, en la misma Iglesia de la Vera Cruz (Santiago, Chile(, y quizás en la misma Misa!! .Luego fui a almorzar a un lugar con wifi, y mandé mensaje a los chicos que iba todo bien, yo bien orgullosa de mi desempeño…. En la Catedral recé frente al Arcángel San Miguel, dos veces la oración (la segunda vez la leí del cartel que estaba en el altar). Me preguntaste cómo me caí, y no estoy segura. Salí del Mercado Central, que es un lugar con restaurants y puestos de venta de pescados y frutos de mar. El pasillo estaba mojado de agua y jugo de los pescados, y al salir a la vereda, me patinó un pie, quiero creer que la suela quedó resbaladiza. Si no, tendré que asumir que debo usar calzado más adecuado a la edad… No había ningún obstáculo que me hiciera caer. Una caída super tonta! Enseguida se me hinchó el tobillo y quedó torcido el pie. (…)Trato de discernir el para qué. Sé que de todo sufrimiento podemos sacar vida nueva. Todavía no sé cómo, estoy en eso. Voy aceptando lo que es, sin quejarme, lo pongo en manos de María y que ella disponga como quiera, para eso hice la consagración. Solo sé que el 25 de marzo es el comienzo de una gestación, con Jesús fueron 9 meses, quizás para Navidad sea un poquito mejor. Lo estoy viviendo con paz, junto con momentos de preocupación y tristeza. El acompañamiento de ustedes y sus oraciones me son muy consoladoras. Y estoy aprendiendo a pedir, a dejarme ayudar. Casi siempre estuve del lado de atrás de la silla de ruedas, estar adelante es más difícil. No está nada mal, sentirse vulnerable, necesitado. Y darle la posibilidad al otro que despliegue sus cualidades de servicio. Y super importante la confianza en Dios, en María, es lo que más me cuesta. Junto con el amor y la oración, que espero vayan creciendo. Creo que más que sacrificio, Dios quiere que reconozcamos su amor por nosotros, y le amemos. Me toca vivir una Cuaresma distinta a otras. Jesús llevó su Cruz por nosotros, yo solo llevo muletas y un yeso, mal me podría quejar. Y si puedo acompañarlo, ¡gracias Señor! Bendiciones”. Renée, Olivos, Argentina.

 

“(…) Me impactó mucho el Cap. II Art. V Nº 88 del Tratado de S.L. M. Grignion, se ajustaba perfectamente a mi devenir espiritual (incluido Medjugorje) y a todos los que hemos recibido las gracias de los mensajes de la VVeD, esto sucedió antes del comienzo de los 33 días y me dio mucha tranquilidad (recuerdo que viajé a Posadas y en la reunión con los hermanos leí este pasaje), esta comprensión me ayudó y permitió empezar a vivir la entrega, también empezaron a manifestarse las primeras gracias: había cosas mundanas que ya no me convocaban de la misma manera, cosas muy arraigadas en mi historia, idolatría (léase política); carne: empecé a comer menos sin proponérmelo; sensualidad: se empezó a diluir sin darme cuenta; juicio: cada vez que juzgaba empezaba a sentir rechazo a mí mismo; oración: últimamente era tan escasa y fría que sentía vergüenza pero no podía modificar nada, esto empezó lentamente a tomar fuerza y de fría paso a entibiarse, o sea de a poco, a ser necesaria. (…) Llegado el 24, de viaje, me sucede que, tomando mate con mi esposa me derramo el agua del termo sobre el tobillo derecho; esto produce una ampolla grande que permite que llegue al 25, día de la Consagración, sin mayor dolor. El padre Matías nos hizo consagrar a los presentes antes del ofertorio, fue un momento intenso. Al día siguiente, miércoles, voy al Instituto del Quemado, me cortan la ampolla y me dicen que el haberla dejado profundizó la quemadura convirtiéndola en una de 2º o 3º grado; a partir de ahí el dolor es muy intenso, y apareció algo que estaba muy presente en mí en los últimos tiempos pero que no tenía la más mínima voluntad para llevarlo a cabo:  el pedido de reparación de Jesús que es constante en los Mensajes, o sea “compartir Su Cruz”; era el paso que faltaba; comprendí y verifiqué que el dolor es totalmente llevadero cuando lo podemos ofrecer y así fue. En todo este proceso verifiqué, que si bien la preparación ayuda y permite tener una comprensión mayor del acto de la Consagración, el tema troncal pasa por la confianza en nuestra Madre, que a pesar de mis miserias, egoísmos y falta de amor, ella se hace presente para transformar este ser que porto en algo presentable para su amado Hijo; acá uno comprende cómo ella actúa en todos sus hijos de la misma manera, cuando la confianza es lo que los mueve y este pequeño acto es indefectiblemente nuestro. Pido y espero tener presente esta confianza el resto de mi vida”. Hugo. Buenos Aires, Argentina.

 

“Hola Pablo, fue muy linda la consagración, pues cuando uno se entrega permanentemente a Dios y con esos hermosos escritos, todo es gratificante para el alma, aunque uno no permanezca en «éxtasis». Pero realicé la consagración solo, a las 23.58;  con la Biblia sobre la mesa, una velita encendida y en presencia de un hermoso crucifijo de más de 60 años, bendecido por un sacerdote de estas latitudes; para mí fue satisfactorio, pues sentí realizar un encuentro con La Verdadera Vida en Dios, que hace un tiempo largo no realizaba. Dios te bendiga por tu preocupación por todas las ovejitas dispersas de Dios, un abrazo y muchas bendiciones para vos y toda tu familia, en los Dos Corazones, el de Jesús y de la Madre Celestial”. Jorge Aravena, Rawson, Chubut, Argentina.

 

“Realicé una vez más mi consagración a los SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA, en el mismo día  y creo que a la misma hora en que todos la hacían, juntos a los pies de la cruz.” Beto. La Plata, Buenos Aires, Argentina.

 

“¡Muchas gracias por el envío de los testimonios! En todos aun en los más breves he sentido la Presencia del Espíritu Santo. Hay algo muy importante para mí que quisiera agregar. Durante la preparación a la Consagración tuve muy presente a la querida Ana Lizarralde ya que recordaba que el 25 de marzo era su cumpleaños y la importancia que San Luis María da a esta fecha. No escribí esto anteriormente porque justo en la fecha de la Consagración estuve muy concentrada en no olvidarme ningún punto y llegar a tiempo a la Iglesia con temor a que alguna dificultad me lo impidiera. Pero toda esta época de la Consagración la tuve presente a Anita y he meditado en lo que la fecha de su cumpleaños debió significar en su vida tan dedicada, tan completamente dedicada desde que la conocí, a transmitir el Mensaje de Paz y Amor de la VVeD. Siempre recuerdo algo que me dijo cuándo le consulté algo y fue que yo recordara siempre que Jesús muchas veces dice en los Mensajes: Ten mi Paz o Te doy mi Paz. Esta frase me ha acompañado y sostenido más de una vez. Vayan estas palabras como un humilde homenaje a esta gran testigo de Nuestro Señor, que además tuvo un gran acto de generosidad al adaptarse con alegría a lo que yo podía ofrecerle en sus misiones y al regalarme con mucho cariño todos los tomos de la VVeD. Que Anita tenga cada día más Gloria en el Cielo, infinitamente. En Jesús y María.” Leo, Mendoza, Argentina.-

Deja un comentario