
(…) La VVeD es similar a un viñedo. También hay otros viñedos por ahí. Souffanieh es uno, otro es Medjugorge y todavía hay otros por ahí. Como Dios es un Dios de orden y no de caos, los separó para tener en cada uno sus propios obreros. Se llamó a los trabajadores de la VVeD y ellos respondieron. Hoy tenemos personas que, al recibir su llamado, respondieron a Dios y están trabajando “como abejas” sin parar en esta viña. Cada viñedo está completo por sí solo, lo que significa que uno no puede decir: «en la VVeD una cosa falta», y luego decir lo que creen que falta en la espiritualidad de la VVeD para correr y unirse a algún otro viñedo que, creen, puede compensar lo que pensaban que faltaba en la VVeD. Si creen en esta teoría, hacen que la obra de Dios parezca imperfecta. Los obreros de Medjugorje también fueron llamados a trabajar en el viñedo de Medjugorje y se concentran únicamente en ese viñedo. Hay personas que, no satisfechas con un viñedo, están trotando toda su vida de un viñedo a otro. Estas personas no pueden hacer un trabajo muy eficiente ya que muchas veces se mezclan todo sin saber qué mensaje pertenecía a quién y solo están haciendo una ensalada de todo, nunca profundizando y nunca creciendo espiritualmente. Son como mariposas en busca de signos y lo extraordinario y lo sensacional. (…)
En el amor de los Dos Corazones
Vassula
Martes, 26 de marzo de 2002
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