” Despidió a la gente, y luego subió al cerro para
orar a solas. Cayó la noche, y él seguía allí solo” . Mt
14, 23
- Hay que destinar un tiempo diario a su lectura personal e individual a solas, junto a la lectura de la Biblia. Los Mensajes no son un substituto de las Santas Escrituras y no son la intimidad con Dios, son un regalo de Dios para guiarnos a esa intimidad contemplativa y en el silencio con El Dios Uno y Trino. Escuchar detenidamente la plática del P. Abbertton aqui.
- Pedir la gracia para comprender los Mensajes a la luz del Espíritu Santo y no sólo de nuestro intelecto humano. Cada uno tiene su tiempo para vivir los mensajes y llegar a convertirlos en oración apasionada como nos lo muestra la misma Vassula a medida que crece en el Amor de Dios.
- Leer los Mensajes en el orden en que fueron escritos. Son parte de un camino de crecimiento espiritual personal que se desarrolla mensaje a mensaje. Es como ir a la escuela, se empieza con el jardín de infantes y se termina en la universidad.
Leer Orientaciones de Vassula para leer los Mensajes.
“De repente, todo empieza a ser claro para el alma porque la Sabiduría será su compañera diaria y, para su gran sorpresa comenzará a ver las cosas que el ojo no puede ver y comenzará a escuchar las cosas que ningún oído puede escuchar. El alma está entonces tan entrelazada con el Creador y atraída en una unión divina tan perfecta, de amor con Dios que su mente se convierte en una con lo divino. Ella posee a Dios tanto como Dios la posee a ella” Vassula Rydèn, El arrepentimiento incesante.