Testimonios Impactantes sobre la Verdadera Vida en Dios

Los siguientes son extractos de los testimonios de asistentes a la charla testimonial sobre la Verdadera Vida en Dios, que tuvo lugar el 3 de octubre de 2025. Cada uno comparte su perspectiva sobre el encuentro y el impacto que tuvo en su fe.


Guillermo Baño Amor

Lo que me impactó profundamente fue el mensaje que Jesús dijo de su Madre por medio de Vassula. Fue una verdadera exaltación de Cristo a su madre, muy contagiosa en su sentimiento. Aunque necesitaría leer el texto exacto para citarlo con precisión el mensaje que transmitió fue el inmenso amor de la Madre de Jesús por todos nosotros.

El disertante (Pablo Cuomo) estuvo espléndido, el grupo se sintió muy amoroso, y la anfitriona, Adriana, demostró estar muy comprometida con el grupo y atenta a todas nuestras necesidades. ¡Felicidades!


Sandra Finocchietti

Buenas tardes. Le doy las gracias a Pablo por compartir su valioso testimonio y tantas cosas bellas. El mensaje fundamental que me llevo es que la única vida verdadera está junto a Dios. Él siempre está con nosotros, ya veces simplemente no nos damos cuenta de su presencia. ¡Bendiciones a todos!


Adriana González (La Anfitriona)

Como anfitriona, preparé un espacio especial: coloqué los libros en el aparador, junto con una vela blanca con la Virgen de Garabandal (que me pareció adecuado por ser mencionado en los mensajes) y el tríptico de Jesús de la VVeD. Al inicio, nos persignamos con el agua bendita que nos regaló Sofía, quien es ortodoxa.

Algo que me emocionó mucho ayer fue escuchar a Guillermo decir que le encantaba venir al grupo de oración y que quería que lo retomáramos. Nunca me lo hubiera imaginado, y tendré que volver a hacerlo. Además, Juan me comentó que se comprometería a venir una vez al mes, y el padre Daniel también expresó su deseo de asistir.


Antonio Nogueira

El 3 de octubre de 2025, lo que comenzó como un día totalmente ordinario, culminó en una noche de plena luz para mí. Esta noche especial fue gracias a una reunión con Pablo Cuomo, a quien consideraba un hombre guiado por Dios, que nos ofreció una charla sencilla.

Pablo tocó temas ya conocidos, como «La nueva tierra, los nuevos cielos» y la parábola del sembrador. Aunque estas ideas no eran nuevas para mí, confieso que «nunca las comprendí» del todo. El momento de la revelación y de la luz plena para toda la sala llegó con unas pocas palabras clave. Pablo explicó que «en realidad, es el Espíritu Santo que está esparciendo las semillas de Dios, en NUESTRA ALMA». Nuestra alma es la tierra que debemos hacer fértil para que la semilla del Espíritu Santo crezca.

Esta tierra fértil se convierte en «LA NUEVA TIERRA», y nuestro ser, a su vez, se transforma en parte del «CIELO». Él no descenderá al nuevo cielo, sino que «seremos nosotros los Nuevos Cielos en donde Él habitará». Esta nueva comprensión ilumina por completo mi interior.


Silvia Radony

El encuentro fue sumamente cálido. Se manejó con amoroso respeto la aceptación de las diferentes formas de abordar los caminos de crecimiento espiritual. Creo firmemente que este tipo de reuniones ayuda a liberarnos de un dogma excesivamente estricto y, a la vez, nos acerca a nuestro «TATITA DIOS», haciendo sentir más próximo y accesible. Mi agradecimiento por la acogida amorosa.


Juan Martín Soria Gómez

Gracias por la invitación a este encuentro. Ayer se hizo mucha referencia al Sagrado Corazón. Me hubiera gustado compartir un descubrimiento fascinante que un amigo estudioso de la Fe Católica me compartió en junio:

miniatura del siglo 15 del Sagrado Corazón. Se ubica sobre el costado de Cristo, en la herida de la lanza, y se lo representa en un trono como rey del universo.

un manuscrito iluminado de 1446 que representa a Jesús con el Sagrado Corazón, mucho antes de las apariciones a Santa Margarita María Alacoque.

Disfruté mucho el tiempo compartido con cada uno de los presentes. Reunirse con otros creyentes aviva y anima el espíritu , incluso, o quizás especialmente, en el silencio . Sin duda, fue una experiencia muy buena y linda, ya que, para mí, lamentablemente, es extraordinario reunirme con creyentes fuera de la Misa.

Respecto al ecumenismo, coincido con algunas de las ideas conversadas y con otras no. Sobre historias y revelaciones privadas que aún no han sido aprobadas (o que están en investigación) por la Iglesia, recuerde la recomendación de sabios sacerdotes: «si creer en alguna de ellas aumenta tu fe y tu piedad sin alejarte de Dios y la Iglesia… ¡adelante! Y si no, simplemente desestímala».

Personalmente, aunque lo que se ha comentado de Vassula me parece interesante, lo ubico en un segundo plano con respecto a las enseñanzas centrales de la Iglesia Católica y Apostólica y de los Padres de la Iglesia Primitiva. Para dar un cierre a este complejo tema, cito al Papa Francisco cuando le preguntaban sobre la universalidad de la Iglesia: «todos, todos, todos […] después arreglamos adentro».


Carlota Tavera

Conocí La Verdadera Vida en Dios en el atardecer de mi actividad profesional. Inicialmente fue un refugio, pero pronto comprendí que disponerme íntegramente a Jesús era la sabiduría misma.

Al principio, tuve dificultad para entender el primer tema del primer tomo, incluso repitiendo la lectura. Esa misma madrugada, a las 3:00, oré pidiendo luz y sabiduría. Después de eso, leí y entendí plenamente, casi como si leyera con una voz que me guiaba.

Aunque es difícil discernir el futuro tan apocalíptico me fortalece la esperanza que nos dan Jesús y María cuando afirman: «AL FINAL NUESTROS SAGRADOS CORAZONES TRIUNFARAN» y «…Y LAS PUERTAS DEL INFIERNO NO PREVALECERAN CONTRA ELLA».

Mi visión de la reunión es que fue reconfortante y esclarecedora, especialmente respecto a la visión de Jesús como Hombre-Dios. Su forma de acercarse a sus hijos me lleva a reflexionar sobre el rol que debemos cumplir, y me hace consciente de mis limitaciones y debilidad humana para cumplirlo íntegramente.


Alicia Viterbo

Asistí con ciertas expectativas sobre cómo se desarrollaría la reunión. Poco a poco, fui conociendo a los invitados y adentrándome en la concentración. Me gustó mucho el momento en que todos comenzaron a hablar ya dar sus testimonios. Al final, me di cuenta de que nadie quería irse.

Fue una reunión muy agradable y amena. Sobre todo, me sirvió para afianzar aún más mi fe en Jesús. Sé que Él está a mi lado y me ayuda a transitar la vida. Gracias por la invitación.