Testimonio

Sobre el encuentro en Recuerdo del P. Alberto Ibañez Padilla

Por dónde empezar, ante la vivencia que experimenté ayer, me atrevo a decir que experimentamos ayer y me vino a la memoria la meditación del 4to. Misterio Luminoso de la guía de oración de la VVeD, donde Jesús nos dice por medio del mensaje del 19 de diciembre de 1990:

 “Mi Voluntad se hará en la tierra como lo es en el Cielo, porque seréis uno, adorándome alrededor de un Tabernáculo con amor en vuestro corazón y un Fuego ardiente dentro de vosotros. Yo llevaré a cabo Mi oración sacerdotal. En la tierra como en el Cielo vuestras almas serán enraizadas en Mí, en Amor, en Unidad, y colmadas de la absoluta plenitud de Mi Espíritu”

Sí, Mis bienamados, no sólo os daré el pan diario, sino también un Tesoro escondido de Mi Corazón: El Maná Celestial 1, que transfigura, que levanta vuestro espíritu hasta ser una copia de Mi Espíritu. Seréis transfigurados con la efusión de Mi Espíritu. Para que sepáis cómo perdonar completamente a aquellos que os ofendieron, os infundiré un Espíritu de Comprensión y de Misericordia para que entendáis qué significa el «temor del Señor». Sí, bienamados, y una vez que lo hagáis os daré Sabiduría para que sea vuestro Compañero de viaje y guía, para conduciros hacia la santidad, esa santidad que paralizará a Satanás por un millar de años, impidiéndole volver entre nosotros y entre vosotros y Mi Amor.

1) El Espíritu Santo

En el encuentro de ayer estuvo presente una prefiguración de esta profecía, La Rúaj obró y lo más significativo (para mi) es que lo hizo por un medio que al que yo no le había asignado esa posibilidad; craso error el de querer acotar a La Ruaj, todas las herramientas son validas para nuestra Ruaj, el tema es con que espíritu vamos a usarlas (las herramientas) y ayer quedo en claro que la totalidad de los presentes fuimos con un buen espíritu a encontrarnos y fuimos transfigurados, entonces el amor, la humildad, la intimidad, la paciencia, la sinceridad y el profundo deseo de unidad, por la gracia de La Ruaj y la intercesión del Padre Alberto configuraron un acto de unidad, que como el lavado de los pies de una iglesia a otra ( en el retiro de la VVeD en el 2010) se convierten en mojones para guardar en nuestro corazón.

 Demos gracias al Dios Trino, a los que tuvieron la inspiración y la llevaron a cabo, a la disposición de todos los participantes de la Comunidad de Convivencias con Dios, a los que trabajaron, a todos los presentes y a los ausentes que desearon estar allí y oraron por el encuentro y pidamos poder compartir estas maravillas con los que no conocen a La Ruaj. Hugo Sabbadini (Grupos de oración de la VVeD de Argentina)