«A través de los carismas, Dios reserva para sí el derecho a intervenir directamente en la Iglesia para despertarla, advertirla, promoverla y santificarla. Yo creo que esta historia carismático- profética atraviesa todo el tiempo de la Iglesia. Está siempre allí especialmente en los más críticos momentos de transición.»
Se trata del prefacio a la disertación doctoral para la Pontifica Universidad Gregoriana en Roma de Niels Christian Hvidt, titulada “La profecía cristiana; la tradición post bíblica«. La misma ha sido publicada por la Universidad de Oxford y está disponible en www.upon.com o también en http://www.amazon.com.
El libro será de gran interés y beneficio para los lectores de la VVD. El Dr. Hvidt presenta la historia de la profecía desde el Antiguo Testamento al Nuevo Testamento en la vida de la Iglesia. Tiene un capítulo sobre la experiencia de Vassula Rydén. Describe las diversas teorías para definir la profecía en la Iglesia y cómo responder al argumento que la Revelación está finalizada con el último apóstol y no puede haber más profetas cristianos después del cierre del canon de la Biblia. Muestra el impacto de la profecía en el desarrollo del dogma y tradiciones piadosas y finalmente trata sobre la importancia de los criterios para discernir entre la verdadera y la falsa profecía. Ningún otro libro trata el tema de la profecía cristiana en la forma que lo hace éste. Escrito para que todos puedan comprenderlo, los lectores pueden beneficiarse del libro entero o eligiendo las partes que son de su especial interés.
Además el Cardenal Ratzinger escribe el prefacio antes de su elección como Papa y recomienda leerlo. Retoma allí el Cardenal varios conceptos que ya había desarrollado en una entrevista que el mismo Hvidt le había hecho en 1998 y que puede ser consultada en: http://www.tlig.org/en/spirituality/prophecy/prophecy/
PREFACIO
del libro Profecía Cristiana de Niels Christian Hvidt
por Joseph Ratzinger
Traducción de María del Carmen Gilabert
¿Qué es un profeta? Un profeta no es un adivino; el elemento esencial del profeta no es la predicción de acontecimientos futuros.
El profeta es alguien que dice la verdad con la fuerza que le otorga su contacto con Dios, la verdad para hoy, que también, naturalmente arroja luz sobre el futuro. No se trata de contar el futuro con detalle, sino de traer la verdad de Dios presente en este momento y de indicarnos la dirección correcta.
En lo concerniente a Israel, la palabra del profeta tiene una función particular en tanto la fe es esencialmente entendida como esperanza en el que vendrá: una palabra de fe es siempre la realización de la fe, esencialmente en su estructura de esperanza, porque conduce a la esperanza y la mantiene viva. Es igualmente importante subrayar que el profeta no es apocalíptico, aunque pueda parecerlo. Esencialmente, no describe las últimas realidades pero nos ayuda a comprenderlas y a vivir la fe como esperanza.
Aún si, en cierto momento, el profeta debe proclamar la palabra de Dios como si fuera una filosa espada, no necesariamente critica el culto organizado ni las instituciones. Su mandato es contrarrestar el malentendido y el abuso de la Palabra dentro de la institución haciendo siempre presente el llamado vital de Dios. Sin embargo, sería un error malinterpretar el Antiguo Testamento como si fueran dialécticamente opuestas la Ley y los profetas. Dado que ambos vienen de Dios, ambos tienen funciones proféticas. Este es un punto muy importante para mí, pues nos conduce al Nuevo Testamento. Al final del Deuteronomio, Moisés es presentado como profeta y él mismo se presenta como tal. El dice a Israel:”Dios les enviará un profeta como yo”. ¿Qué significa “un profeta como yo? Nuevamente, de acuerdo al Deuteronomio – y creo que éste es el punto decisivo –Moisés particularmente parte del hecho que él habla con Dios como con un amigo. Yo me inclino a ver la raíz del elemento profético en ese “cara a cara” con Dios, en ese “hablar con El como con un amigo”. Solo en virtud de este encuentro directo con Dios el profeta puede hablar en los momentos del tiempo.(1)
La Revelación alcanza su meta con Cristo porque, con las bellas palabras de San Juan de la Cruz, – cuando Dios ha hablado en persona no hay nada más que agregar. Nada más puede ser dicho sobre el Logos. El está con nosotros de una forma completa y Dios no tiene nada más grande que darnos que El mismo, o que decirnos que Su Palabra.
Pero esta completitud de Dios que se da a sí mismo – esto es, que El, el Logos, está presente en la carne – también significa que debemos continuamente penetrar este Misterio. Y esto nos devuelve a la estructura de la esperanza. La venida de Cristo es el comienzo de un conocimiento en constante profundización y en un gradual descubrimiento de lo que, en el Logos, está siendo dado. Por lo tanto, una nueva forma de conducir al hombre a la verdad total queda inaugurada: como Jesús dice en el evangelio de Juan, el Espíritu Santo descenderá. Yo creo que la Cristología pneumatológica (2) del discurso de despedida de Jesús es muy importante para nuestro tema, dado que Cristo explica que su venida en la carne era sólo el primer paso. La verdadera venida ocurrirá cuando no esté ligado a un lugar limitado, a un cuerpo, sino cuando El venga para todos nosotros en el Espíritu como El Resucitado, por lo que entrar en la verdad puede adquirir más y más profundidad. Me parece claro que – considerando toda la vida de la Iglesia, que es el tiempo en que Cristo viene a nosotros en Espíritu y que está determinada por esta Cristología Pneumatológica – el elemento profético como elemento de esperanza y atracción, no puede naturalmente estar faltando o permitírsele que se desvanezca. A través de los carismas, Dios reserva para sí el derecho a intervenir directamente en la Iglesia para despertarla, advertirla, promoverla y santificarla. Yo creo que esta historia carismático- profética atraviesa todo el tiempo de la Iglesia. Está siempre allí especialmente en los más críticos momentos de transición.
Niels Christian Hvidt ha trabajado durante varios años en el tema de la Profecía Cristiana en el marco de la teología fundamental. Esta disertación doctoral es el fruto de sus investigaciones y provee muchas nuevas ideas en este tema complejo pero vital.
Los Padres de la Iglesia sabían que el Cristianismo no podía ser el estadio final de la salvación sino una fase intermedia entre la Encarnación y su glorioso Retorno. Esta realización y lo que ello implica para la verdadera naturaleza del Cristianismo necesita una ulterior elaboración, y Niels Chirstian Hvidt provee una importante contribución a ello.
En la parte histórica del trabajo, Hvidt muestra que el llamado profético de Dios por medio de los profetas aparece a través de toda la historia de la Iglesia. En su discusión sobre teología fundamental, Hvidt investiga entonces el propósito y precondiciones de la profecía cristiana a la luz de los desarrollos en los últimos 50’ años de la teología de la Revelación, que ha dado nuevo ímpetu a la discusión sobre profecía cristiana. De esta forma ofrece una nueva forma de ver la actualización de la Revelación, especialmente en la vida misma de la Iglesia, lo que se demuestra con investigaciones sociológicas de un modo muy interesante. La profecía está permanentemente desafiada por la falsa profecía., lo que siempre ha representado la mayor amenaza frente al don de profecía. Los criterios que Hvidt presenta para discernir la profecía son, por lo tanto, vitales.
Con su discusión, Niels Christian Hvidt ha ollado nueva tierra teológica y con eso ha efectuado contribuciones importantes al tema que necesitaba un pensamiento que llegara más lejos. Deseo para este libro muchos lectores atentos.
Joseph Card. Ratzinger
Notas de la traductora:
(1) Lo que parece una redundancia entiendo que debe apreciarse como una distinción entre la entrada en la eternidad que hace el profeta por su contacto directo con Dios y la manifestación hecha en el tiempo de la vida real, que es la vida de la materia sujeta al tiempo.
(2) Teología Pneumatológica o Teología del Espíritu. Pneuma en griego: hálito vital (lo que distingue a un vivo de un muerto), aire, espíritu.