Boletín de la VVeD Latinoamerica num 17
“La evidencia de Mis Obras Santas radica en sus buenos frutos, frutos que perduran.” (VVeD 3.03.92) |
HECTOR EMILIO DOLFI (66 años, jubilado, separado, 5 hijos) partió el 17 de junio del año 2009. “Conocí a Héctor DOLFI a través de un sacerdote que me presentó porque necesitaba que le hiciera la rendición de cuentas de un dinero que recibió de Alemania para terminar de edificar la Casa de Ejercicios Espirituales de la comunidad jesuita de Posadas. Me causo muy buena impresión el solo escuchar su voz: segura, noble, sincera… y otros adjetivos que quieren significar el impacto que causo en mi su persona. La primera visita que le hice para llevar la documentación que necesitaba para empezar la rendición termino con un obsequio para mi. Un librito de mensajes de la Verdadera Vida en Dios, se detuvo a pensar un poquito y me alcanzó también una “guía para los encuentros de oración”. Me pidió que leyera los mensajes y que cuando finalizara le haga llegar mi opinión al respecto. A la semana siguiente volví a su casa habiendo leído los mensajes. “¡Es el Cantar de los Cantares que tanto me gusta!” le dije. Era noviembre de 2007. Desde entonces me invitó a participar del grupo de oración que se reunía los viernes en su casa. Presto servicios en la Pastoral Misionera de la Diócesis, y esto me ocupa bastante tiempo, por lo que prometí a Héctor organizar mi tiempo para el año siguiente y participar del grupo de oración, pero desde entonces recé el Santo Rosario con las meditaciones de la “guía…” todos los días y aquí tengo que confesar que no lo hacía diariamente y que cuando lo rezaba lo hacía en comunidad porque no le encontraba gusto, aunque mi director espiritual insistía en que lo recitara diariamente, “algún día el Señor te regalará la Gracia de encontrarle gusto” me decía. |
A mediados de marzo del 2008 empecé a rezar con el grupo, justo un día en que Héctor estaba viajando por Chaco, pero los demás concurrían igual a la cita y me recibieron como si estuvieran en su casa. Esto también me causó buena impresión era una “casa de puertas abiertas” ¡aun ausente su dueño! A partir de entonces no dejé de concurrir a la cita con Dios y con mis hermanos. Dejamos material a una persona de cada pueblo para que lo leyera y luego repartiera a otros y en lo posible se formaran grupos de oración. Para detectar “el distribuidor” veíamos a alguien que tuviera la puerta del frente de su casa abierta o estuviera en el patio de su casa. Así se lo presentamos al Señor en oración. Apenas salimos rezamos el Santo Rosario por esta intención. Luego de presentar la obra de la VVeD preguntábamos si era posible dejarla y tomar los datos del/a interlocutor/a. Visitamos ese día: San Luís del Paraná, Carmen del Paraná, Coronel Bogado, General Delgado, San Ramón, San Patricio, Santa Rosa y San Ignacio Guazú. En el siguiente viaje, 4 de diciembre de 2008, visitamos, dejando material, San Juan Bautista, San Miguel, Villa Florida, Caá Pucú, Valle Apuá, Quiindy, San Roque González, Colonia Mbocayaty, Colonia Matachí, Carapè Guá, y Paraguarí, El 9 de febrero de 2009, salimos rumbo a Asunción, no sin antes dejar material en Yaguarón que no lo hicimos la primera vez y algunas localidades que visitamos en el primer viaje o estaciones de servicio de la ruta. Para entonces Héctor sabía lo que lo aquejaba: cáncer de páncreas. Los amigos de Asunción se sorprendieron de su extrema delgadez, se compadecieron al saber lo que padecía y le brindaron tanto amor que creí ¡qué se sanaría con tantos cuidados! El día que llegamos celebraba su cumpleaños la hija de la dueña de la casa que nos alojó. Entre los invitados se encontraba el P. Oscar Díaz, párroco de la Parroquia. Santísima Trinidad, al que Héctor había visitado el año anterior estando en cama, enfermo. Ambos no se reconocieron. Uno por su delgadez, el otro por su aspecto saludable! A P. Oscar le pidió Héctor le indicara una persona que distribuyera el material de la VVeD en Asunción y que en una próxima visita se lo presentara. Visitamos a un pastor de la Iglesia Luterana el Sr. Ricardo Becker y dejamos material luego de hablar de los Encuentros de Dios con Vassula y del deseo de unidad de los cristianos. También visitamos la Iglesia Anglicana cuyo responsable no se hallaba, dejó algunos libritos de mensajes a la Señorita Zunilda de Maldonado, que nos atendió. La tercera visita fue a una persona que ofreció distribuir en una zona de la ciudad ubicada en el otro extremo de donde nos alojamos. Todo este trayecto lo hizo con los malestares propios de la enfermedad. Caminaba con dificultad, deteniéndose a menudo, sentía mucho dolor y se apoyaba para caminar en los que lo acompañábamos. Regresamos el tercer viernes del mes, 20 de marzo, fecha en que se reunirían en un encuentro ecuménico, los referentes y laicos de las iglesias en Asunción, según lo había invitado el pastor luterano en la visita anterior, con la novedad de que la habían suspendido para fecha a convenir debido a la imposibilidad de encontrarse por las muchas actividades que tenían los mismos. En esta oportunidad visitamos al P. Oscar quien presentó a Héctor un matrimonio para que distribuyera los mensajes de la VVeD. Sorprendió a Héctor la condición de esta familia, muy humildes económicamente, habitantes de una villa, pero de profunda intimidad con Dios, de oración y de servicio generoso a la Iglesia y sus semejantes. Héctor había sufrido terribles dolores el mismo día que llegamos a Asunción, para entonces se había hecho 3 sesiones de quimioterapia y presentaba un abdomen abultado por retención de líquidos. Como la primera visita a Asunción visitamos algunas localidades dejando material, pero en Asunción mismo visitamos casa por casa, hablamos de la VVeD a los que nos recibían y dejamos material tomando nota de direcciones y teléfonos. La tercera visita a Asunción me sorprendió: Héctor me avisó dos días antes de la partida, tuve que hacer varias llamadas para delegar actividades que tenía previstas para el fin de semana del 1, 2 y 3 de mayo. Mas y sabiendo que cada vez estaba mas débil y dolorido. Habían invitado al Equipo ecuménico de la diócesis de Encarnación a un retiro sobre ecumenismo: Mons. Ignacio Gogorza y P. Silverio Britos se hallaban imposibilitados de participar y preguntaron a Héctor si podía ir él, representándolos. Sin dudar aceptó y me llamó para que lo acompañara. Antes de partir visitó al médico debido a que no podía comer por la presión del liquido en el estómago. El médico lo internó para extraerle líquido del abdomen. Desde el sanatorio me llamó para que terminara de resolver detalles antes de la partida. Le sugerí no hacer el viaje viendo su estado. Vertiendo lágrimas dijo que sería lo último que podría hacer por el Señor, que deseaba hacerlo fervientemente, no me quedó opción que hacer honor a nuestra amistad y acompañarlo en este viaje que para mí, en su estado ¡era una locura! El día 18 de abril llamó a cada uno de los teléfonos de los “distribuidores” de las localidades que visitamos en los viajes anteriores, preguntando si necesitaban más material. De veintitrés llamados 18 respondieron que si, algunos con mucho entusiasmo. Los restantes no atendieron al teléfono o no se hallaban o cambiaron de domicilio. Lo que significa que a todos los que halló y con quienes habló les proveyó de material en este último viaje, menos a uno que no encontramos porque pasamos por esa localidad de noche. Con el Directorio Para la Aplicación de los Principios y Normas Sobre Ecumenismo, leímos y reflexionamos sobre los tres primeros capítulos. Estuvo presente el Obispo de Nuestra Señora de Caá Cupe, Mons. Julio Jiménez y fue coordinado el encuentro por la Sra. Diana Durán del movimiento de los Focolares. Finalizó con la Santa Misa a las 15,30hs. Agendamos el siguiente retiro para el receso de julio donde trataríamos los dos capítulos restantes. Terminado el retiro, visitamos a los amigos de Asunción. Llevamos material al matrimonio recomendado por P. Oscar Díaz: María Concepción y Eladio, quienes le causaron una profunda alegría: habían distribuido el material con tanto entusiasmo que lo propagaron con éxito, fotocopiaron y esperaban ansiosos mas material. Al terminar esta visita Héctor se expresó satisfecho “misión cumplida en Asunción, la Verdadera Vida en Dios tiene asegurada su propagación”. Al día siguiente regresamos hacia Posadas, saliendo de Asunción pasamos por la ciudad de Itá, que no habíamos dejado material hasta entonces, dimos vuelta a la plaza y vimos una mujer en el patio. Bajé y ofrecí la Verdadera Vida en Dios, la mujer me invitó a pasar y bajé material del baúl del coche de Héctor. Con mucha dificultad también Héctor bajó del coche. Tomó nota de sus datos: la hermana de Mons. Echagüe! Al salir dimos gracias a Dios! Lo alabamos con lágrimas. Este viaje fue especial, lleno de emoción, de detalles que nos decían de la presencia delicada y providente del Padre Dios (ya que sus instrumentos eran tan débiles!). el resto del viaje de regreso me fue dando instrucciones para seguir la tarea; los contactos estaban hechos, el camino de difusión se había iniciado… incluso nos habían preguntado sobre la posibilidad de una visita de la Sra. Vassula a Asunción. A partir de entonces empezó a reescribir, corregir y agregar detalles al libro de oración, para luego llevarlo a la imprenta. Un virus en el programa no lo dejó terminar. El 1º de junio me llamó para que tomara nota de los pasos a seguir, “pensé que tendría tiempo de sacar la publicación de la imprenta, pero el final se me vino encima”, dijo. Un nudo cerró mi garganta. Había hecho una entrega a la imprenta de pesos 2.000,00 y me entregó pesos 3.500,00 que faltaban, para entregarlo al retirar lo impreso. A partir de allí su oración era de acción de gracias por los dos años que el Señor le regaló para que pudiera conocerlo y acercarse a El. Rezamos mucho. Me decía que era yo “el ángel que Jesús puso a mi lado para mostrarme su amor”. Le leía libros espirituales u oraciones que hallaba para compartir con él. “Que se haga Tu voluntad” era su jaculatoria mas frecuente. “Cuando digas, Señor” entre espasmos de dolor, y adoptó una frase que halló en el libro del profeta Amós “saltaré de gozo cuando te vea llegar” decía que eran palabras del Señor para él. Esperaba ansioso el momento del “encuentro”. De vez en cuando decía “lo único que me inquieta es la inseguridad de saber si me voy a salvar” “ten piedad de mi Señor, porque soy pecador” “confío en Tu infinita misericordia”. La noche previa a su Pascua recé junto a su lecho, del devocionario al Sagrado Corazón de Jesús, la oración por los agonizantes y otras parecidas, él respondía a cada oración diciendo amén. En un momento me pidió que lo abrazara entonces besó mi mejilla varias veces diciéndome, “gracias mi amiga”. Elijo para retratarlo una visita que hicimos a un enfermo de diabetes al que le amputaron la pierna y que se había definido ateo. Este se quejaba de su condición diciendo que no lo aceptaba. Cuando protestó por la cantidad de hijos que tenía una mujer de condición muy humilde que pasaba en ese momento frente a su casa Héctor dijo “cuando veo tantos niños me alegro de pensar cuántos más tienen la posibilidad de conocer y amar a Dios!”. Lo visitamos dos veces, la última vez, el hombre lo despidió con lágrimas porque se imaginaba que no lo volvería a ver por la precariedad de la salud de Héctor, que ya caminaba con mucha dificultad. Cuando salimos de allí manifestó “hay que amarlo mucho para que a través de nuestro amor pueda conocer a Dios, que es El Amor” Anselma Francisca Deleón. Consagrada Laica Diocesana. Directora Diocesana de Obras Misionales Pontificias Misiones – Argentina “Puedes unir a Mi Pueblo bajo Mi Nombre para celebrar la Misa alrededor de un altar . Puedes reparar el báculo de su pastor, este báculo que primero rompieron por la mitad y después hicieron astillas. Para los hombres esta unidad parece imposible, pero para Mí todo es posible. Así que ora y expía por tus hermanos. Necesito almas víctimas, necesito almas generosas que devuelvan el mal con el amor, que devuelvan el mal con sacrificio propio. Por lo tanto, ofrézcanme su voluntad y haré de ustedes Mis instrumentos de Paz y Amor, haré de ustedes Mis instrumentos de Reconciliación y de Unidad. (VVeD – 20.10.1990) HECTOR DOLFI “EL ATLETA DE DIOS” * El grupo de los Dos Corazones de Posadas, se reunía todos los martes a las 14 hs. en la peluquería de Rosa Cáceres en el centro de la ciudad. Un día aparece un señor con aires de sacerdote buscando dónde se reunían los miembros de la VVeD. El se presentó como padre de familia que volvía de visitar a la Santísima Virgen en los tres Cerritos Salta, alguien le acercó un libro fotocopiado del Tomo I de los Mensajes y consiguió comunicarse con Pablo Cuomo quien le dio nuestra dirección. A la próxima reunión ya vino con Mariano y María sus hijos menores. Pronto nos dimos cuenta que era alguien muy especial y con sólida formación religiosa nos encantaba escucharle las meditaciones bíblicas y del mensaje. Un día llega con unos cuadernillos impresos del Santo Rosario con las meditaciones de la VVeD y nos regaló a todos los del grupo pero después nos daba para regalar a los que quisieran rezarlo.(eran como 500 ejemplares). Cuando se acercó la cuaresma del año 2006 hizo lo mismo con el Vía Crucis con las meditaciones de la VVeD y nuevamente lo distribuyo entre nosotros y también nos daba para regalar. Cuando notamos tanta generosidad nos íbamos preocupando por colaborar con él para las impresiones; fue entonces que nos enteramos que estaba desocupado y el dinero para los folletos había llegado de Bs.As., que para gastos personales le había enviado un amigo. El comentario fue que averiguó en la imprenta cuanto saldría ese número de impresiones y le habían dicho x pesos y cuando abre la correspondencia había un giro por la suma exacta y entonces no lo dudó era el Deseo de Dios que lo hiciera. De esa manera esa vez alcanzó para darles a los familiares de los enfermos que diariamente visitaba en los sanatorios especialmente los de la jurisdicción de la parroquia la que pertenecía. Sería largo de contar todas las anécdotas de este tipo en relación a la impresión de los Mensajes y la forma de financiarlo, siempre el cielo lo acompañaba, ahora no bastaba con darle a los familiares de los enfermos sino que había que darlo a conocer en el interior de la Provincia partiendo desde las comunidades a las que los enfermos pertenecían. Visitamos varios sacerdotes y pastores en todo el interior de Misiones y fuimos llevando la VVeD a las familias pero de una manera tan incansable que era imposible seguirle el ritmo. Uno de los sueños de Héctor era una Beth Myriam en Misiones y sólo puedo decir, no era el momento, porque parecía que lo lograba en breve. Otro Capítulo es todo lo que realizó para hacernos conocer más de la Iglesia Ortodoxa eso fue posible por su amistad con el Padre Demetrio de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana con sede en Paraguay . Aquí cabe hacer notar que fue Ana Lizarralde quien nos presentó a los padres en una de sus últimas visitas a Misiones. Luego la amistad entre ellos fue una de las tantas bendiciones con que Dios nos mimó a través de Héctor. Nos reuníamos semanalmente ya en casa de Héctor con la presencia del P. Demetrio para que nuestra reunión de oración fuera también de formación en algunos aspectos de la Ortodoxia ya que no se puede amar lo que no se conoce. El mismo se pone a estudiar y ayudar personalmente al Padre en Paraguay para estar a la altura de lo que Juan Pablo II llamó los dos pulmones de Santa Madre Iglesia. En este punto debo aclarar que no dejó de colaborar con su párroco en todo lo que podía para la Santa Misión Parroquial, como también para el Primer Sínodo Diocesano donde actuó muy activamente, por ello durante cinco meses pudimos reunirnos y realizar nuestro grupo de oración frente al Sagrario en la Iglesia de los Santos Mártires. Cuando un día me comenta de su ofrecimiento como “Alma Víctima” y ver que la enfermedad se lo iba consumiendo le contesté ¿Cómo pudiste hacerlo? Y me dijo con tanto amor… ¡pero es Dios el que lo pide!!…asombradísimo de que yo le cuestionara. Indudablemente hay una infinita distancia entre su espiritualidad y la mía porque aún lo estoy tratando de entender, pues su ausencia es muy grande para lo pobres que quedamos para continuar su grandísimo esfuerzo. El viajaba hasta Asunción del Paraguay con la alegría de los niños que le hacen un mandado a alguien que los va a colmar de golosinas, siempre llevando material de la VVeD (sobre estos viajes les escribirá Anselma Deleón que fue su acompañante de los últimos días de vida de Héctor). Lo que me lleva a meditar en estos días es que había sido mi hermano, en el más caro sentido de la palabra y siempre supe que su conversión fue a raíz de la lectura de los Mensajes de la VVeD., y en la Misa de cuerpo presente me entero: ¡¡¡qué había sido seminarista!!!! ¡¡¡Y de la Compañía de Jesús!!!. Aún no termina mi sorpresa cuando vamos todos a Capitán Miranda, Paraguay, a la celebración ortodoxa por el noveno día de la muerte de Héctor y el mismo P. Demetrio dice:” tanto discutí en relación a los Mensajes pero al ver su entrega y la paz con que esperaba su encuentro con Dios con una fe y amor digna de los elegidos – y fue mas lejos –que todo lo que había compartido con Héctor LEGITIMABA (textual) el Himno más noble de Dios en nuestro tiempo… LA VERDADERA VIDA EN DIOS”. Debo agradecer al Obispo Ortodoxo Dom. Jeremías Ferenz que se dignó pedirle al Padre Demetrio que siempre que pudiera no dejara de atendernos a todo el grupo de la VVeD de Posadas. Esto es apenas la sombra de todo lo vivido con Héctor Emilio Dolfi quien volvió al Padre el 17 de junio y que amó como pocos los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios, (nació el 2 de agosto de 1942) y con la ofrenda de su vida por la unidad tenemos un intercesor en el cielo. Cariños y bendiciones. Inés Cáceres Posadas, Misiones – Argentina. ____________________________________________ * El “atleta de Dios” es una expresión que evoca la usada por Nuestro Señor en el Mensaje del 07.enero.2002 “(…) no es una carga ligera llevar la cruz de la Unidad. Tenía que convertir a alguien en un atleta para que corriera Conmigo, negándose a todas las cosas atractivas que retrasarían esta carrera…” Un día antes de que entrase en coma, lo visitó en Posadas Hugo Sabbadini para llevarle el aliento de los grupos de oración de Buenos Aires. Rezaron y pidieron ambos abrir un Mensaje de la VVeD y fue este el que meditaron juntos. También hace referencia a 2 Timoteo 2,5. |