Comentario sobre el escrito de apoyo de Vassula al Papa Francisco

 

Rev. Joseph Iannuzzi S.T.L.,S.Th.D.,21 de noviembre de 2019

Recientemente, las revelaciones proféticas de La Verdadera Vida en Dios de Vassula Rydén, sobre el Vicario de Cristo, aprobadas eclesiásticamente, han recibido un derroche de atención y aplausos. Vassula publicó dos cartas recientes, reiterando la importancia que da Jesús a permanecer leales al Papa, alertando a los fieles de las nefastas consecuencias que causarán a la humanidad y a la Iglesia entera si no lo hacen.

 

Como alumno doctorado de la Universidad Pontificia de Roma, es mi deber como teólogo[1] informar a los fieles de las doctrinas contenidas en dichas revelaciones y cartas, que son cien por cien consistentes con las profecías bíblicas y la literatura profética aprobada de decenas de santos de la Iglesia. Pueden encontrarse estas profecías aprobadas en el número 43 (septiembre de 2019) de la revista True Life in God [2] .

 

Con más énfasis, el contenido de las cartas de Vassula sobre el Papa Francisco, constituye un toque a rebato para aquellos que eligen desobedecer, desacreditar, calumniar, perseguir o condenar al Papa Francisco o que, de manera vergonzosa, piden su dimisión. Recuerdo aquí las recientes palabras de Jesús, del 16 de agosto de 2019: “Desconfía de ésos que condenan al Papa… quienquiera que condene al Vicario de Mi Iglesia no puede ser Mi discípulo…” Más alarmante aún es el plan satánico para derrocar al Papa, que acarreará un desastre para la humanidad. El 17 de marzo de 1993, Jesús revela a Vassula: “La rebelión está actuando ya, si bien en secreto, pero primero tiene que ser apartado aquel que la impide (el Papa), antes de que el Rebelde aparezca abiertamente” (2 Tes 2,7); “si alguno se os presenta y os dice: “abandona tu fidelidad a este Papa en favor de otro movimiento sólido”, ¡no os mováis! ¡cuidado! la levadura del Embaucador puede ser poderosa, y podría resultar sabrosa, ¡pero, en realidad, es un engaño mortal!”

 

Recordemos que, contrariamente a sus predecesores, el Papa Francisco no obtuvo un doctorado en teología y, sin embargo, el teólogo más erudito, el Papa Benedicto XVI, en respuesta a una serie de libros avanzando la propuesta teológica del Papa Francisco para la Iglesia y la unidad de los cristianos, escribió:

 

 “Aplaudo esta iniciativa. Contradice el prejuicio ridículo de los que ven al Papa Francisco como alguien que carece de una cierta formación teológica y filosófica, mientras que yo habría sido únicamente un teórico de la teología con poco entendimiento de las vidas concretas de los cristianos de hoy…(Esos libros) “ demuestran razonablemente que el Papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y teológica y ayudan a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, a pesar de todas las diferencias de estilo y temperamento.”[3]

 

Mientras que la iglesia enseña que cisma es el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos”[4], los que persiguen al Papa Francisco están avanzando ese cisma y también, aunque inconscientemente, el plan de Satanás para derrocar el Papado y atraer el desastre sobre la humanidad. Esto lo articula Vassula de manera muy clara en sus recientes cartas. Para vergüenza de los que proclaman que el Papa Francisco no es un Papa verdadero, Jesús advierte enfáticamente a los lectores de La Verdadera Vida en Dios de la legitimidad del Papado del Papa Francisco y de la obligación moral que tienen de honrarle como tal (cf. 16 de agosto de 2019). Vassula también señaló en sus cartas recientes que Jesús alertaba a los fieles del plan diabólico de Satanás que está sucediendo hoy, que es quitar de en medio al Papa (“el que por el momento lo retiene”, cf. 2 Tes. 2-7) y la Eucaristía (el “sacrificio perpetuo” cf. Dan 9,27; 11,31; 12,11; Mt 24,15), reemplazándola por la abominación de la desolación” (profetizada en Dan 11,31; Mt 24,15), atrayendo así el desastre sobre la Iglesia y toda la humanidad (cf. mensajes de La Verdadera Vida en Dios del 12 de diciembre de 1987 y del 20 de diciembre de 1993). Estos avisos de Jesús, reiterados por Vassula, son razón suficiente para abstenerse de perseguir al Papa Francisco.

 

Aunque uno pueda incomodarse por la forma gramatical en la que se expresa el Papa Francisco, porque no tiene el agudo rigor teológico ni la precisión gramática formal del Cardenal Ratzinger, es reprensible para cualquiera el calumniarle públicamente o a través de los medios de comunicación[5].

 

Como teólogo puedo afirmar sin temor a equivocarme que el Papa Francisco no ha predicado ni escrito nunca nada que sea doctrinalmente erróneo, a pesar de lo que afirman sus perseguidores…Nos enfrentamos aquí a la distinción entre forma y substancia. Como Vassula lo señala en sus últimas cartas, la Biblia no está exenta de ambigüedades y errores gramaticales (forma) pero su doctrina (substancia) es irrebatible. Para más información sobre esta distinción ente el binomio gramática (forma) y substancia pueden referirse a la obra “A Theological Review of the Ecclesiastically Approved True Life        in  God PropheticRevelations”, traducida al francés bajo el título “Étude théologique de l’œuvre La Vraie Vie en Dieu”.

 

Es moralmente reprensible para cualquiera, y aún más para un seguidor de La Verdadera Vida en Dios, hablar mal del Papa mientras se afirma ser discípulo de Cristo. Por lo tanto, ha sido con gran valor cristiano y aguda perspicacia espiritual como Vassula ha dirigido un requerimiento a todos los seguidores de La Verdadera Vida en Dios para que desistan de afirmar con falsedad que el Papa Francisco no es un Pontífice válido y de perseguirle, o se marchen de La Verdadera Vida en Dios. Porque el núcleo mismo de la unidad cristiana que Jesús articula en La Verdadera Vida en Dios se basa en la unidad entre el Papa y todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, que incluye a los Patriarcas, Obispos, sacerdotes y laicos. Rechazar al Papa es rechazar los mensajes de la VVED. Uno debe aceptar todo lo que Jesús revela en los menajes de la VVED o ser honesto ante Dios y los hombres y alejarse por el bien de los demás: “Las malas compañías corrompen las costumbres”. (1Co 15, 35)

Rev. Joseph Iannuzzi, S.T.L., S.Th.D.

 

[1] Cf. la enseñanza del magisterio dada el 24 de mayo de 1990 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la Instrucción Donum Veritatis: Sobre la vocación eclesial del teólogo, artículos 20 y 30.

[2]http://www.tligmagazine.org/Issue43/TLIGmag43/12/  y
http://www.tligmagazine.org/Issue43/TLIGmag43/16/.

 

[3]https://es.zenit.org › articles › benedicto-xvi-alaba-la-continuidad-interior-entre-los-dos-pontificados     https://www.vaticannews.va >vaticano>news>2018-03>benedicto-xvi-continuidad-teologica-con-el-papa-francisco.html

[4] Catecismo de la Iglesia católica (CIC), 2089; Código de Derecho Canónico (CDC), Can.751

[5] Opus cit. Donum Veritatis (Congregación para la Doctrina de la Fe):

Art.30. “Si las dificultades persisten no obstante un esfuerzo leal, constituye un deber del teólogo hacer conocer a las autoridades magisteriales los problemas que suscitan la enseñanza en sí misma las justificaciones que se proponen sobre ella o también el modo como ha sido presentada. Lo hará con espíritu evangélico, con el profundo deseo de resolver las dificultades. Sus objeciones podrán entonces contribuir a un verdadero progreso, estimulando al Magisterio a proponer la enseñanza de la Iglesia de modo más profundo y mejor argumentado. En estos casos el teólogo evitará recurrir a los medios de comunicación en lugar de dirigirse a la autoridad responsable, porque no es ejerciendo una presión sobre la opinión pública como se contribuye a la clarificación de los problemas doctrinales y se sirve a la verdad.”

Art.31. “Puede suceder que, al final de un examen serio y realizado con el deseo de escuchar sin reticencias la enseñanza del Magisterio, permanezca la dificultad, porque los argumentos en sentido opuesto le parecen prevalentes al teólogo. Frente a una afirmación sobre la cual siente que no puede dar su adhesión intelectual, su deber consiste en permanecer dispuesto a examinar más profundamente el problema. Para un espíritu leal y animado por el amor a la Iglesia, dicha situación ciertamente representa una prueba difícil. Puede ser una invitación a sufrir en el silencio y la oración, con la certeza de que, si la verdad está verdaderamente en peligro, terminará necesariamente imponiéndose.